El aluminio para la carrocería de los coches
En los últimos años, los fabricantes de automóviles han ido empleando cada vez más el aluminio en la producción de carrocerías. El principal motivo radica en su ligereza, que permite cumplir con los objetivos de emisiones de CO2 marcados por la Unión Europea.
Pero, ¿cuáles son sus principales características, sus ventajas e inconvenientes? GT Motive publica un artículo en su blog en el que destaca la alta conductividad térmica y eléctrica del aluminio, que es casi cuatro veces mayor que la del acero, lo cual es fundamental para disipar el calor en los procesos de soldadura por fusión.
Asimismo, subraya su resistencia a la corrosión, gracias a la alúmina. Sin embargo, si se combina con otros materiales, el potencial electroquímico puede ser diferente y producirse corrosión galvánica y generarse la consiguiente destrucción del aluminio.
Por contra, la resistencia mecánica es menor que la del acero, por lo que requiere tratamientos especiales para aumentar su grosor. A esto hay que añadir que la resistencia eléctrica también es baja (cinco veces inferior a la del acero), siendo necesaria más intensidad a la hora de realizar soldaduras que, además, no podrán hacerse con cualquier tipo de equipo.
En cuestión de dureza, su índice también es más bajo que el del acero, así como en elasticidad, lo cual le hace más frágil y que sea necesario atemperar el material antes de realizar operaciones de estiraje para evitar su ruptura. Aunque, gracias a la tecnología actual es posible concebir estructuras tridimensionales más ligeras y con mayor rigidez a torsión que el equivalente en acero. Pese a estas características, el aluminio posee un coeficiente de dilatación lineal alto, lo que permite variar su dimensión al subir la temperatura.
Su punto fuerte es su ligereza, un tercio más ligero que el acero, lo que permite reducir hasta el 40% el peso total de la carrocería y, en consecuencia, generar menor consumo, mayor aceleración y menor distancia de frenado.
Otro punto reseñable es que las carrocerías de aluminio suelen ser más rígidas que las de acero e incorporan zonas de deformación programada, que disipan una parte de la energía que se produce en un impacto.
Por otro lado, este material puede obtenerse por reciclaje, utilizando poca energía y sin perder sus cualidades, lo que reduce el precio de la materia prima. Pese a todas estas ventajas, GT Motive recuerda que el aluminio posee un coste elevado, su reparación es más costosa, además de ser más complicado el proceso de soldadura.
Antonio Mozas Martínez
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)
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