El estrés del conductor perjudica también al coche
El estrés es uno de los grandes problemas que afectan actualmente a la población. Y muchas personas trasladan sus síntomas a la conducción, convirtiéndose en más inquietas y agresivas.
Pero también, ¿cómo afecta esto al vehículo? La cadena de mantenimiento Norauto ha identificado seis comportamientos en la conducción bajo estrés que pueden provocar daños en el coche.
Así, en primer lugar, el estrés hace que se corra más de lo aconsejado y se exceda la velocidad adecuada para cada situación. Esto hace que sobre todo, al circular por ciudad, se realicen más frenazos y acelerones, y los neumáticos y los frenos se deterioren por una conducción agresiva.
Como consecuencia de la velocidad, se reduce la distancia de seguridad y, por tanto, se frena más de la cuenta y con mayor brusquedad.
Asimismo, el conductor está menos alerta ante los imprevistos y las posibilidades de sufrir un accidente aumentan considerablemente.
Al realizar una conducción más agresiva, en el caso de los coches con cambio manual de velocidades, el conductor tiende a forzar este cambio o a realizarlo demasiado tarde, revolucionando el motor del vehículo, por lo que tanto éste como la transmisión y el sistema de frenos se deterioran mucho más rápidamente.
Otro de los comportamientos frecuentes de conductores estresados es incumplir las normas de tráfico. No se ponen los intermitentes, no se cede el paso o se olvidan de ponerse el cinturón de seguridad o colocar bien los espejos retrovisores, con lo que aumentan la probabilidad de incidentes o colisiones.
Por último, se subraya que al realizar una conducción más brusca, el consumo del coche también es mayor. Teniendo en cuenta todo ello, desde Norauto recomiendan a los usuarios mantener una conducción inteligente y prudente que garantice la seguridad del conductor, de los pasajeros y del vehículo.
Antonio Mozas Martínez
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)
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