Tres razones para no dejar el motor al ralentí
Cuando se conduce un coche, un camión o un autobús son varias las malas prácticas que se suelen llevar a cabo. Una de las más comunes es la de dejar demasiado tiempo el motor al ralentí. ¿Quién no ha visto a los autobuses parados durante muchos minutos al final de línea con el motor al ralentí?
Cuando en un semáforo o en un stop paramos el vehículo puede que lo dejemos en punto muerto o que dejemos la marcha puesta pisando el embrague. En ambos casos el motor se queda al ralentí.
Cuando eso sucede durante poco tiempo no supone problema importante, aunque incluso ya los coches más modernos incluyen un sistema de parada y arranque automático del motor para tiempos cortísimos. Movertis nos cuenta tres razones para no dejar el motor de nuestro vehículo al ralentí:
1. Mayor consumo de combustible. El inconveniente más obvio y conocido es el mayor gasto en combustible que supone.
Existe el falso mito de que se consume más combustible apagando y volviendo a encender el motor, que dejándolo en ralentí. Sin embargo, en paradas superiores a 20 segundos es más eficiente parar el motor.
2. Daños al vehículo. El principal daño que el exceso de tiempo en ralentí puede provocar en un vehículo es el sobrecalentamiento y el desgaste innecesario del motor, que puede acabar reduciendo su vida útil.
3. Daños al medio ambiente. La mayor consecuencia -y olvidada- de mantener el motor en ralentí es la ecológica, porque se están produciendo las temidas emisiones contaminantes, sin ninguna necesidad.
Antonio Mozas Martínez
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)
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