Para vencer a la nieve
Los neumáticos de invierno son la mejor solución para enfrentarte a la nieve, por encima de las clásicas cadenas o la tracción total, aunque también pueden ayudarte, según Pablo J. Poza en autofacil.es. Si los neumáticos no son capaces de generar una mínima fricción con el firme sobre el que circulan, da igual que el vehículo tenga tracción delantera, trasera o total; no será capaz de avanzar.
Sobre firmes extremadamente fríos y lisos, el índice de fricción tiende a cero, y la mejor solución es emplear cubiertas especializadas. Los neumáticos de invierno tienen un compuesto que mantiene su elasticidad a bajas temperaturas, tacos cortados por minúsculas laminillas que contribuyen a asegurar esa elasticidad, acanaladuras más amplias para evacuar mejor el agua o la nieve y carcasas que son también más flexibles.
Todo ello les permite tener adherencia sobre firmes de baja fricción. Se reconocen por llevar en el flanco el marcaje M+S (barro y nieve, por sus siglas en inglés), pero lo que verdaderamente garantiza sus prestaciones en la nieve es el ideograma de la montaña de tres picos con un copo de nieve en su interior. Si no tienes neumáticos de invierno, las cadenas son la solución de emergencia más habitual.
Las de eslabones metálicos son las más fiables, mientras que las textiles resultan más sencillas de montar. Por supuesto que se deben poner en las ruedas de tracción y, si se trata de un coche 4×4, preferentemente en el tren delantero, ya que sobre él recae también la misión de frenar y dirigir el vehículo. Cuando la adherencia es escasa, repartir la motricidad entre las cuatro ruedas es una buena idea. Lo ideal es contar con un sistema de tracción total 4×4 permanente con un diferencial central autoblocante que reparta el par entre ambos ejes independientemente de la adherencia de cada rueda.
En su defecto, un sistema de tracción total conectable manualmente sin diferencial central, como el habitual de los picop o los todoterrenos más antiguos, es también muy eficaz en estas circunstancias. No obstante, la solución más habitual en la actualidad son los sistemas de tracción total conectables automáticamente, que funcionan normalmente con tracción en un solo eje (casi siempre el delantero) y envían par al otro tren solo cuando las ruedas patinan.
Son menos recomendables porque trabajan “a posteriori”, cuando el mal está hecho, y porque los sistemas de control de tracción tienden a priorizar la estabilidad sobre la capacidad de avanzar. Los controles inteligentes de tracción como el Grip Control de Peugeot o el Extended Grip de Renault permiten seleccionar modos del control de tracción que facilitan el avance en superficies de baja adherencia.
Realmente para ser efectivos con nieve necesitan además neumáticos de invierno o de tracción total. Van mejor los sistemas Terrain-Response de Land Rover, Multi Terrain Select de Toyota, Select-Terrain de Jeep. Y para las nevadas profundas, también se necesita una elevada altura libre al suelo que, como mínimo, debería ser de 20 centímetros. Ten en cuenta que, si no ha pasado el quitanieves, por muchos recursos que tengas solo podrás avanzar si no te empanzas en la nieve. Puede ser que cuando comiences a circular, la nieve ocupe apenas cinco o seis centímetros sobre la calzada, pero a medida que asciendas o que empeore el tiempo, su grosor irá en aumento.
Antonio Mozas Martínez
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)
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