Coches a todo gas
En este artículo la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) hace una comparación entre los vehículos convencionales de gasolina y esos mismos coches alimentados por gas. Es una visión interesante para el consumidor sin una formación específica en estos combustibles alternativos.
Según la OCU, si quieres un coche que tenga una etiqueta ambiental “ECO” tienes que tener un híbrido o un coche que funcione con GLP o GNC. ¿Pero sabes lo que significan estas siglas? En cualquier caso, tienen sus ventajas y sus inconvenientes. Te decimos cuáles son para que lo tengas claro antes de comprar.
El gas se puede utilizar como combustible en los automóviles mediante motores muy similares a los de gasolina. De hecho, lo habitual es que estos coches puedan funcionar con ambos combustibles, si así lo desea el conductor: gasolina o gas.
¿Optas por el gas? Has de saber que puede ser de GLP o bien de GNC. Eso sí, antes de comprar el coche deberás decantarte por uno de ellos: no eches GLP en uno de gas natural (GNC) o al revés… Si necesitas aclararte, estas son sus definiciones:
GLP o gas licuado del petróleo es una mezcla de gas butano y propano. Este producto se almacena y se transporta en fase líquida, aumentando su presión para que pase de gas a líquido. El GLP que se vende para su uso en la automoción también se conoce como ‘autogas’.
GNC es gas natural comprimido, es decir, gas metano. Se almacena en el depósito comprimido a 200 bar de presión.
Tanto el GLP como el GNC se almacenan en el coche en depósitos situados normalmente bajo el suelo del maletero, ocupando el hueco de la rueda de repuesto.
Si tienes un coche de gasolina, podrías transformarlo si quieres para que funcione también con GLP, mediante la instalación de unos kits de transformación que cuestan entre 2.000 y 3.000 euros.
La ventaja principal con la compra de este tipo de coches es el precio de los combustibles alternativos, concretamente el gas natural está a 0,94 euros/kg, mientras que el GLP está a unos 0,61 euros/litro, y ambos frente a 1,1 euros/litro de la gasolina. A pesar de que el consumo en litros de esos combustibles es más alto que el equivalente de gasolina, la diferencia de precio compensa. Podemos verlo en dos ejemplos:
Ejemplo de ahorro con GLP: El Opel Zafira de gasolina cuesta 21.070 y con GLP 22.384 es decir, 1.314 euros más caro. Si el consumo homologado es de 6,9 l/100 en el modelo de gasolina y de 9,2 en versión GLP, después de recorrer 50.000 km, habríamos gastado 2.760 euros en GLP ó 4.312 euros en gasolina, es decir, ya lo habríamos amortizado. Con los precios actuales estimamos un ahorro de aproximadamente 30 euros cada 1.000 km.
Ejemplo de ahorro con GNC: El precio de un Mercedes Clase B 200 en su versión gasolina es de 31.750 euros, y en versión gas natural, 33.300 euros, 1.550 más caro. Si los consumos son de 5,7 litros a los 100 de gasolina o de 4,4 kg a los 100 de gas natural, vemos que después de recorrer 50.000 km, habríamos gastado 3.562 euros en gasolina y 2.040 euros en gas, es decir, nos ahorraríamos aproximadamente 30 euros a los 1.000 km, compensando el gasto extra inicial por un coche u otro. Y no solo por el ahorro económico, sino también por la ventaja de tener coches con etiqueta “ECO”.
Con estos casos prácticos, vemos de una manera evidente el ahorro que supone tener un coche que circule con gas, porque 30 euros cada 1.000 km es una cantidad importante a tener en cuenta para decidirse. Por otra parte, disponer de la etiqueta ecológica “ECO” permite tener ciertas ventajas en algunas localidades o carreteras, al ser considerados vehículos ecológicos.
Aunque cada vez hay más estaciones de servicio con estos combustibles, un inconveniente es la disponibilidad de recarga del combustible alternativo. No obstante, estos coches suelen disponer de dos depósitos y, en caso de necesidad, podrían seguir funcionando usando el depósito de gasolina, aunque lo normal, es que, si se compra un coche a gas, sea para usar este combustible.
También estos combustibles tienen un menor rendimiento energético, por lo que consumen más litros de combustible y dejan menor espacio de carga debido a que el depósito de gas ocupa sitio en el maletero o el espacio de la rueda de repuesto.
Antonio Mozas Martínez
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)
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