Alcohol y drogas en transporte
El aumento de casos de detección de alcohol y drogas en los conductores profesionales hace que las asociaciones de transporte se estén moviendo para hacer que las empresas tengan la potestad de hacer las pruebas a sus trabajadores antes de iniciar la ruta.
Cada cierto tiempo, aparecen en los medios de comunicación noticias con titulares tipo “detenido por dar positivo en drogas el conductor del camión que ha arrollado mortalmente a un trabajador” o “la Guardia Civil intercepta a tres transportistas con drogas en el organismo“. Son sólo dos ejemplos de dos hechos acaecidos hace poco (el primero, en la isla de Ibiza, y el segundo, en Galicia) que ponen de relieve un problema que va camino de agravarse cada vez más.
El tema ha trascendido al sector del transporte, ya que, la sanción suele ser para el conductor, pero también tiene consecuencias para la empresa, que es responsable subsidiaria de los efectos que puede tener en la circulación vial. La Dirección General de Tráfico puso en marcha una campaña a finales del pasado año para controlar a los conductores que se ponen al volante con alcohol o drogas en el organismo.
El resultado fue revelador: cada día se detectó que más de 300 conductores habían consumido alcohol y otras drogas, lo que elevó a más de 2.000 la cifra de sancionados en la semana objeto de la campaña. En cuanto a las drogas, el dato fue aún mayor: de las 3.185 pruebas realizadas a conductores de toda España, 816 resultaron positivas, es decir, el 26%.
Entre las drogas más consumidas estaban el cannabis (569 casos), la cocaína (341), las anfetaminas (81) o las metanfetaminas (73 positivos).
El aumento progresivo de los controles es consecuencia del alto porcentaje de conductores que conducen con presencia de alcohol y drogas al volante, según se desprende de los últimos informes realizados por la Dirección General de Tráfico (Estudio de Prevalencia de Sustancias Psicoactivas) y por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses.
Según Juan Carlos González Luque, subdirector adjunto de Investigación e Intervención de la DGT y médico de profesión, “al igual que con el alcohol, muchas personas saben que, si beben, no deben conducir, todavía hay muchos que consumen drogas de comercio ilegal y, sin embargo, conducen. La disociación entre consumir drogas y conducir todavía es escasa en nuestro país. Muchas personas creen que el cannabis no produce riesgos al volante. Sin embargo, toda la comunidad científica apoya el hecho de que las sustancias de comercio ilegal (cannabis, cocaína, anfetamina, metanfetamina, opiáceos ) producen alteraciones importantes en la capacidad de conducir: alteran las capacidades perceptivas, la atención, la memoria, capacidad de juicio y de toma de decisiones, tiempos de reacción, capacidad de respuesta es decir, incrementan los riesgos al volante“.
Conversaciones
Conscientes de lo que significa esto en el sector del transporte, asociaciones como Froet (la provincial de Murcia integrada en Conetrans) y la misma CETM han iniciado los primeros contactos con representantes políticos en el Congreso de los Diputados para hacerles saber del problema que representa para las empresas que existan conductores que consumen alcohol o drogas en su jornada laboral.
Por eso, Froet ha trasladado, en primer lugar, al Grupo Parlamentario Popular en el Congreso la necesidad de modificar la legislación actual, de forma que se pueda actual de manera preventiva a la hora de impedir la conducción profesional bajo los efectos de estos estupefacientes.
En el encuentro, en el que participaron el secretario general de Froet, Manuel Pérezcarro, y el director de relaciones laborales de la CETM, Miguel Pereira, se abordó el tema, un asunto que para ambas organizaciones se considera “alarmante”, a raíz del número de positivos detectados por la Guardia Civil en las últimas campañas específicas llevadas a cabo por la DGT.
Desde la patronal se solicitó a los diputados que promovieran una iniciativa parlamentaria para modificar las distintas normativas vigentes (laborales, de prevención riesgos laborales y de tráfico) para evitar los riesgos que conlleva conducir autobuses y camiones bajo los efectos del alcohol y las drogas, algo que en Froet y CETM consideran “imprescindible”.
Un pequeño paso, pero muy significativo, a juicio de Miguel Pereira, ha sido la aprobación del convenio colectivo de Zaragoza, en el que se incluye el siguiente párrafo: “las empresas, con objeto de contribuir a la seguridad vial, la de las personas y sus instalaciones y medios, utilizando equipos homologados, podrá efectuar controles de alcohol y drogas a los trabajadores y trabajadoras que conduzcan vehículos para el desempeño de su trabajo“. En el texto también se recoge que los sindicatos, firmantes del convenio, podrán hacer la comprobación de los sistemas utilizados y el cumplimiento de los objetivos de la medida pactada.
Lo que dice la ley
Estas reuniones tienen por objeto hacer modificaciones en una norma que no obliga a los conductores a pasar controles médicos ni toxicológicos para poder trabajar, pero que tiene graves consecuencias en caso de accidente si se demuestra que el trabajador había tomado alcohol o drogas previamente.
En caso de que la iniciativa prospere, tampoco es fácil que se puedan hacer esos controles en los centros de trabajo, porque exigiría contar con personal sanitario en la propia empresa (lo dice la Ley de Prevención de Riesgos Laborales) y, además, “cuidar muchísimo la cadena de custodia“, en palabras de Miguel Pereira.
“Lo que nosotros pretendemos es que se hagan protocolos de actuación y que los sindicatos aprueben estos protocolos, algo a lo que siempre que se ha tratado este tema, se han opuesto”. La idea que dichos controles se hagan por ley es porque, de momento, son voluntarios.
Sin embargo, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, en su artículo 22, apunta a las excepciones al carácter voluntario de someterse a las pruebas: “si el estado de salud del trabajador puede constituir un peligro para él mismo, para los demás trabajadores o para otras personas relacionadas con la empresa o cuando así esté establecido en una disposición legal con relación a la protección de riesgos específicos y actividades de especial peligrosidad“. Aquí podría, según los expertos en leyes, entrar la posibilidad de poder hacer controles a los conductores si sus jefes detectan que pudiera haber tomado alcohol o drogas.
Además, en España, existen profesiones, bastante cercanas a las de conductor (en concreto, maquinistas de Renfe o pilotos de líneas aéreas) que sí están obligados a someterse a este tipo de pruebas en sus centros de trabajo.
A este respecto, el subdirector adjunto de Investigación e Intervención de la DGT, Juan Carlos González Luque, ha señalado que “es muy importante que todos los sectores participen con la DGT para reducir los riesgos del consumo al volante. Y uno de los aspectos más importantes para nosotros es la seguridad de los transportes profesionales, para que la colaboración con las empresas sea lo más estrecha posible. Existen distintas iniciativas de hacer controles aleatorios o de, incluso, instalar algún sistema de detección de consumo de alcohol en conductores profesionales (especialmente en el transporte de viajeros o de mercancías peligrosas) que son apoyadas por la DGT“.
Fuente: Transporte Profesional
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