Para el año 2025, las megaciudades y tecnologías vinculadas a los grandes datos (big data) llevarán a los operadores logísticos a ofrecer entregas inteligentes. ¿Por qué?
En la medida que las grandes urbes se vayan transformando en lo que los expertos denominan Smart cities, la optimización de rutas y la cadena logística urbana tendrá importantes beneficios, pero deberá hacer importantes ajustes.
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De acuerdo a Grazia Concilio y Francesca Rizzo, autoras del libro Human Smart Cities,
“Una ciudad inteligente utiliza las tecnologías de la información para mejorar su habitabilidad, viabilidad y sostenibilidad (…). En primer lugar, una ciudad inteligente recolecta información a través de sensores, así como otros dispositivos y sistemas existentes. Luego, comunica esos datos por redes cableadas o inalámbricas. Finalmente, “mastica” o analiza los datos para comprender qué pasa ahora y qué podría suceder después.”
Sin embargo, a pesar de estar clasificado en primer lugar ciudades de América Latina a la vanguardia de la innovación y el uso de la tecnología para las ciudades, dos de cada tres chilenos no sabe lo que es una ciudad inteligente, de acuerdo a un estudio de Adimark GfK.
Estas cifras fueron un llamado la atención en el marco del congreso Do! Smart City Santiago 2016, donde se reunieron expertos locales y extranjeros a discutir temas como movilidad, sistemas de transporte, tecnologías para el desarrollo, innovación y mejores prácticas de algunas de las ciudades más avanzadas del planeta.
Francisca Astaburuaga, directora del Centro de Innovación en Ciudades de la Universidad del Desarrollo (UDD) señala al diario La Tercera:“Hemos incorporado tecnología en nuestras vidas a una velocidad asombrosa en los últimos 10 años, por lo que la pregunta no es si vamos a tener o no ciudades “inteligentes”, sino más bien cómo le damos forma a la tecnología que queremos tener en las ciudades del futuro”.
¿Estamos listos para una cadena logística “inteligente”?
La región se concentrará en las megaciudades. Para 2020, la población urbana de Latinoamérica y el Caribe será cercana a un 81 por ciento, de acuerdo a la Fundación País Digital.
Elcio Mendonça, María Alvarez y María Montes-Sancho, de la Universidad Carlos III de Madrid, han estudiado cómo este tipo de ciudades cambiarán la manera en la que se desarrolla la logística.
Como la cadena de suministro es un sistema abierto que depende mucho de su entorno, se pueden generar importantes sinergias con el volumen de datos que genera en su conjunto cada centro urbano. Sin embargo. señalan que el sueño de que las Smart cities faciliten el uso inteligente del recurso puede estar limitado por la urbanización.
“Por ejemplo, con los sistemas de transporte actuales la congestión vehicular es inevitable, sin importar qué tan sofisticadas sean las tecnologías que se utilizan. A lo más se podrán aplacar los daños, pero no eliminarse. Por ello, algunas prácticas podrían afectar la logística urbana, como los recargos en hora punta, zonas exclusivas de bajas emisiones o políticas para desincentivar el uso del automóvil”.
De acuerdo a al estudio de Adimark, los centros urbanos que primero vienen a la mente al pensar en ciudades inteligentes están en Europa, como Amsterdam.
Bueno, no están tan lejos.
El Luxembourg Institute for Science and Technology (LIST) desarrolló un software de logística de ciudades inteligentes para apoyar al gobierno local y los urbanistas en una mejor planificación de las rutas de transporte de carga en ciudades como Londres, Bruselas y Luxemburgo. Para ello, utiliza sistemas de información geográfica (GIS, por sus siglas en inglés) para elaborar mapas de las redes de transporte, restricciones de acceso, medidas de circulación e infraestructura, entre otros datos.
Al mismo tiempo, una ciudad inteligente será una necesidad para la logística de última milla. Ian Short, director del Institute for Sustainability afirma que el alza del consumo online ha aumentado de manera considerable el volumen del transporte de carga. Hoy el transporte urbano de productos alcanza entre un 20 y 25 por ciento de la ocupación de las rutas urbanas.“Inevitablemente, esto influye en la congestión vehicular, emisiones de CO2, el ruido y otros niveles de contaminación del aire. Para encontrar soluciones sustentables de gestión de despachos de última milla -que beneficien a su vez a las empresas, los consumidores y el medio ambiente- se requiere comprender de manera integrada las dimensiones de transporte, ambiental y socioeconómica.”
Por otro lado, de acuerdo a la empresa de estudios de mercado Frost & Sullivan, el costo de la congestión en tiempos perdidos y consumo de combustible ha aumentado en un 200% desde los años 80. Señalan que congestión no es la única causa de problemas en el transporte de carga en las ciudades, sino que la contaminación, la falta de espacios para estacionar y los costos de almacenaje son importantes limitaciones para optimizar la gestión logística urbana.
La firma calcula que, para el año 2025, habrán 35 megaciudades exigiendo “soluciones únicas para la logística”. Para gestionar esos volúmenes de carga, las empresas de transporte deberán consolidar sus envíos y polarizar su flota en logística radial (hub and spoke), con mejores capacidades de conexión, donde las tecnologías serán más proactivas que reactivas.
“Los polos o megapolos estarán fuera de la ciudad, con centros de distribución más cerca. Los camiones de gran tamaño viajarán a grandes almacenes, donde los productos se organizarán automáticamente, para que los vehículos de carga mediana prosigan desde puntos de entrega al interior de la ciudad, antes de proseguir en la última milla.”
¿Está nuestra cadena logística volviéndose más inteligente?
En la medida que América Latina se concentra en megaciudades Smart, deberemos ofrecer soluciones de este tipo. Los proveedores de logística tercerizada (3PL) deberán verificar cómo se gestiona la optimización de rutas en algunas de las mejores empresas de logística del planeta. Por ejemplo, DHL desarrolló un Sistema de optimización y navegación integrada (ORION).
Stephen Goldsmith, profesor de la Universidad de Harvard, apunta que un chofer de DHL debe realizar 120 entregas por turno. En total, la empresa realiza 16 millones de entregas diarias, lo que se traduce en un cálculo “imponderable” de rutas de viaje posibles.
El programa ahorra:
- Entre 7 y 8 millas diarias por chofer.
- 100 millones de galones de combustible al año.
- Entre US$300 y $400 millones en costos.
¿Está tu empresa preparada para despachos urbanos inteligentes?