Nueva Ley de Tráfico y Seguridad Vial
Ante el incremento, en relación con el año inmediatamente anterior, de los fallecidos en los accidentes de tráfico en los años 2016 y 2017, la Dirección General de Tráfico anuncia una nueva Ley que, básicamente, lo que contempla es un endurecimiento de las sanciones para determinadas infracciones, en especial en el consumo de alcohol y drogas, distracciones en la conducción y velocidad, aparte de algunas modificaciones en el proceso de obtención del permiso de conducir.
Hay que señalar, en primer lugar, que el Sr. Navarro Olivella, sin duda el mejor Director de Tráfico que hemos tenido, y que ocupó la Jefatura Central de Tráfico durante ocho años (2004-2012), consiguió rebajar los fallecidos en accidente de tráfico de 5.399 en 2003 a 2.060 en 2011, solamente con dos reformas legales de calado: el denominado ‘permiso por puntos’, esencialmente una racionalización de las sanciones y la inclusión en el Código Penal de determinadas conductas infractoras.
Como el propio Sr. Navarro repetía, antes de llegar a la Dirección General de Tráfico, estaba prohibido beber y conducir, era obligatorio el uso del cinturón de seguridad y del casco, había que respetar los límites de velocidad y cumplir las normas, pero no se hacía y el gran cambio es que, al final de su mandato, se hacía. A la postre, había resultado que el secreto estaba en conseguir que la ley se cumpliera.
El compromiso político y social con la mejora de la seguridad vial se concretó en la puesta en marcha del Plan Estratégico de Seguridad Vial 2005-2008, que supuso un avance con respecto a la dinámica de actuación de los distintos niveles competenciales implicados. El Plan estuvo muy centrado en la mejora del cumplimiento de la norma, aunque también contempló un conjunto de medidas que trataron de coordinar las actuaciones desde distintos ministerios: Sanidad, Educación, Fomento, entre otros.
Con este antecedente y sus brillantes resultados, se elaboró la Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020, como marco de actuación e instrumento que impulsa, facilita y coordina las iniciativas de seguridad vial de los agentes políticos, económicos y sociales a nivel nacional, la consecución de objetivos comunes y el logro de nuevos retos.
Contempla este plan una revisión de objetivos y medidas en el año 2015, que ignoro si se ha producido, y la elaboración, dentro del marco global, de planes de actuación de carácter anual. Todas las medidas en él contempladas, tienen un objetivo último: conseguir modificar los hábitos y comportamientos de los conductores, haciéndolos más seguros, como se logró con la estrategia 2005-2008. Si ello se consigue,
inexorablemente bajan los accidentes.
Ignoro si la Dirección General de Tráfico mantiene operativo y actualizado este auténtico Plan director, pero me temo que lo haya arrumbado, cumpliéndose así una norma frecuente en nuestra Administración pública: cuando cambia el partido gobernante, se abandonan los planes del anterior y enseguida se habla
de nuevas leyes.
Seguramente, si se hubiera mantenido la Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020, con las actualizaciones que ella misma prevé, no se hubiera producido el incremento de accidentes con víctimas de los dos últimos años. Mejor que improvisar nuevas normas, apliquemos las vigentes, que tan buenos resultados han conseguido. (Artículo de José María Fernández Cuevas, Dr. Ingeniero Industrial (Director General de Tráfico 1978-1980). Miembro invitado de la Junta Directiva de ASEPA).
Antonio Mozas Martínez
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)
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