Los coches eléctricos se pueden cargar cada vez más rápido. Nos parecía que tardar 18 minutos en pasar del 10% al 80% era una burrada, y hasta eso se queda lento. ¿Cuál es el límite?
Los últimos avances en tecnología de carga de coches eléctricos (VE) están empujando los límites de lo que consideramos rápido. Actualmente, modelos comerciales como el Porsche Taycan y el Tesla Model S Plaid ya pueden cargar del 10% al 80% en menos de 20 minutos, utilizando cargadores ultrarrápidos de hasta 350 kW.
Sin embargo, hay prototipos y proyectos experimentales que van aún más allá. Por ejemplo, en el Goodwood Festival of Speed de 2023, el Aspark Owl logró una carga del 10% al 80% en menos de 10 minutos, con una potencia de 800 kW. Estos desarrollos nos hacen cuestionar cuál es realmente el límite técnico de la velocidad de carga y qué desafíos deben superarse para alcanzarlo.
La importancia de C en la velocidad de carga
El parámetro C, que mide la relación entre la capacidad de la batería y la corriente de carga, es fundamental para comprender la velocidad de carga de un vehículo eléctrico. Actualmente, la mayoría de los vehículos eléctricos comerciales cargan a tasas de entre 1C y 3C, lo que significa que una batería de 100 kWh puede recibir hasta 300 kW de potencia sin un estrés excesivo. Sin embargo, cargar a tasas superiores, como 6C, implica introducir corrientes mucho más altas, lo que plantea desafíos técnicos significativos.
Para alcanzar velocidades de carga de 6C o superiores, sería necesario mejorar no solo la química de las baterías, sino también los sistemas de gestión térmica y la infraestructura de carga. Actualmente, una carga a 6C podría generar un calor excesivo, poniendo en riesgo la integridad de la batería y acortando su vida útil.
Además, se requerirían sistemas de refrigeración avanzados y materiales más resistentes en las celdas de la batería para soportar estas condiciones extremas. Aunque técnicamente posible, la pregunta es si los beneficios de una carga tan rápida compensan los riesgos y costos asociados.
Los cargadores también deben evolucionar
No solo las baterías deben adaptarse para soportar cargas rápidas; los cargadores también deben estar a la altura. Para entregar las potencias necesarias, los cargadores deben operar a altas tensiones e intensidades, lo que requiere componentes robustos y sistemas de refrigeración eficaces. Los cargadores de 360 kW, que actualmente son de los más rápidos disponibles, operan a 1000 V y hasta 500 A, lo cual ya representa un desafío significativo en términos de diseño y seguridad.
Un aspecto crucial es la refrigeración de las mangueras de carga. A medida que aumenta la intensidad de la corriente, el calor generado en la manguera y el conector puede ser considerable, lo que requiere sistemas de refrigeración líquida o incluso soluciones más avanzadas en el futuro.
Estos sistemas no solo deben ser eficientes, sino también fiables, ya que cualquier fallo podría no solo ralentizar la carga, sino también representar un riesgo de seguridad. Además, la infraestructura eléctrica en los puntos de carga debe ser capaz de manejar estas cargas elevadas de manera continua, lo cual plantea desafíos adicionales en términos de costos y planificación.
Degradación de la batería: el precio de la velocidad
Uno de los mayores desafíos asociados con la carga rápida es la degradación de la batería. Cuanto más rápido se carga una batería, mayor es el estrés al que se somete, lo que puede acelerar su degradación. Esta degradación no solo reduce la capacidad total de la batería con el tiempo, sino que también puede afectar su rendimiento en climas fríos y su seguridad.
Para mitigar estos efectos, se están desarrollando diversas estrategias tecnológicas. Algunas incluyen el uso de nuevos materiales en los electrodos que sean más resistentes a la degradación, el desarrollo de algoritmos de gestión de carga más avanzados que optimicen el proceso, y la implementación de sistemas de refrigeración más eficaces. Sin embargo, todas estas soluciones tienen un costo, tanto económico como en términos de complejidad técnica.
Es interesante reflexionar sobre cuál sería el tiempo de carga ideal para un coche eléctrico. Aunque una carga extremadamente rápida suena atractiva, podría resultar incómoda o incluso ineficaz en la práctica. Si el coche se carga en apenas cinco minutos, el conductor podría sentirse presionado a quedarse junto al vehículo, sin tiempo para realizar otras actividades, como entrar a una tienda o descansar brevemente.
Además, la infraestructura necesaria para soportar tales velocidades podría no ser económicamente viable para los operadores de estaciones de carga. Por lo tanto, encontrar un equilibrio entre velocidad, comodidad y viabilidad económica será crucial en el futuro del desarrollo de vehículos eléctricos.
Fuente: Aurofacil
Conoce en canal de Youtube de gestión de flotas
Suscríbete a la Newsletter de gestión de flotas
Curso ONLINE para la gestión de flotas de vehículos
Advanced Fleet Management Consulting, Webfleet Solutions, Optimatics, Mobileye, GantaBI, Unigis, Eccocar, y Alcoa Wheels organizan el “Curso para la Gestión de flotas de vehículos” con el fin de formar a los profesionales en gestión de flotas a tomar una visión global y conocer todas las actividades y factores clave involucrados en la gestión de una flota de vehículos.
El curso es único y presenta un enfoque innovador con los objetivos de reducir costes y optimizar la gestión de la flota.
info@advancedfleetmanagementconsulting.com
Rellena el siguiente formulario para recibir la información del curso y te puedas inscribir.