Aunque el concepto solar sigue necesitando ir entre comillas, la posibilidad de construir coches movidos por energía solar comienza a dar pequeños pasos.
Un coche ‘solar’, si lo entendemos haciendo uso del significado común del término, sería aquel capaz de producir su propia energía a partir de la energía que recibe del sol. La energía del sol la recibimos en forma de radiación electromagnética (especialmente luz visible), y la forma más eficiente que existe de aprovecharla es utilizar paneles solares para convertirla en electricidad.
¿Se puede cargar un coche con paneles solares?
La primera cuestión de cara a saber si se puede fabricar un coche solar es preguntarse si se puede cargar un coche con paneles solares. Desde el punto de vista técnico, la respuesta es un obvio sí. Al fin y al cabo, un panel solar viene siendo un dispositivo rectangular de entre uno y dos metros cuadrados y capaz de producir una potencia máxima (en condiciones ideales) de unos 400 vatios.
Basta combinar unos cuantos paneles con algunos dispositivos de electrónica de potencia para tener una fuente de tensión adecuada para cargar un coche eléctrico. Y de hecho, es algo que ya está haciendo mucha gente en sus casas… y de forma rentable, cubriendo sus necesidades energéticas de transporte con electricidad generada en sus propios tejados.
No obstante, aquí ya hemos introducido dos factores limitantes: «necesidades diarias» y «tejados». La posibilidad de cubrir esa demanda energética con autogeneración y de manera rentable depende mucho de nuestros trayectos diarios. La batería de un eléctrico medio comienza a rondar los 70 kWh de capacidad, mientras que la autonomía (en viaje) se viene situando en los 350 kilómetros.
Si nuestra utilización es convencional, entendiendo por eso entre 50 y como mucho 100 km diarios, cada día necesitaremos entre 10 y 20 kWh de energía. Asumiendo 15 kWh diarios y 5 días a la semana (y obviando el pequeño detalle de que, si no contamos con un sistema de almacenamiento, deberíamos estar enchufados durante las horas de producción de la energía), necesitaríamos producir unos 300 kWh de energía al mes… una cifra posible de alcanzar con unos seis paneles (que van a ocupar unos 12 metros cuadrados de tejado y un desembolso de unos 4.000 euros. Como explicábamos, al principio, son cifras razonables.
¿Se puede cargar un coche con paneles solares portátiles?
La planta de un coche es de aproximadamente 8 metros cuadrados, de manera que obviamente no dispone de 12 metros cuadrados de superficie perfectamente orientada al sol y que podamos emplear para montar paneles solares que le permitan cargarse y le proporcionen una autonomía de unos 80 kilómetros diarios… de manera que estamos empezando a responder al pregunta inicial. Sin embargo, los últimos avances en tecnología solar sí que abren la puerta a opciones interesantes (aunque pintorescas).
Por ejemplo, y dado que luz y suelo es algo disponible en casi cualquier parte por donde pueda circular un coche eléctrico, podríamos cargar mediante paneles solares portátiles. Se trata de una alternativa exótica y limitante, pero que ya están poniendo a prueba algunos intrépidos.
Para ejemplificar como se haría, y en lugar de elaborar una hipótesis, vamos a tomar el ejemplo práctico de 4×4 Electric. Se trata de una excursión protagonizada por los holandeses Renske Cox y Maarten van Pel y que está cruzando África de norte a sur, siguiendo la costa atlántica y recargando la batería de su Skoda Enyaq eléctrico utilizando una mezcla de electricidad local y energía solar. Actualmente, ya han conseguido llegar a Sudáfrica… y aun les queda realizar todo el retorno por la costa del océano Pacífico.
El setup de Maarten y Renxke, que podéis ver en la foto de apertura y la superior, está bastante bien puesto a punto. No en vano ya han conseguido recorrer la mitad de su ruta… que consiste en una singladura de 20.000 kilómetros en un año. Van lentos… pero también es cierto que progresan por muchos parajes donde alcanzar los 80 km/h es una quimera.
Para completar su aventura con éxito, ellos han calculado que necesitan recargar una media de 30 kWh diarios. Para hacerlo, transportan en su Enyaq unos 60 metros cuadrados de panales solares flexibles. Este tipo de paneles utilizan plástico en lugar de vidrio, y son mucho más livianos que un panel «convencional»… además de contar con un espesor de 2,5 centímetros. Por supuesto, no todo es de color de rosa: los paneles flexibles tienen unrendimiento sensiblemente inferior al de los mejores paneles de cristal (eso, y la necesidad de llegar a 30 kWh, explica que necesiten cinco veces más superficie que en caso de nuestro ejemplo doméstico).
La operación de recarga tan solo requiere conectar los paneles (en cuatro grupos en paralelo) y conectar ese conjunto a un inversor portátil que, similar al que montaríamos en nuestra casa, convierte la tensión continua de los paneles en corriente alterna para cargar el Enyaq a 230 voltios y 7,2 kW de potencia. Para completar su meta de 30 kWh diarios, tienen que cargar en las primeras horas del día. Gracias a unas velocidades medias bastante bajas, sus 30 kWh les permiten recorrer casi 200 kilómetros y alimentar tanto una nevera portátil como una placa de inducción.
No obstante, ya vemos que cargar un coche eléctrico «normal» con paneles solares portátiles no es, con la tecnología actual, una alternativa muy viable. Sesenta metros cuadrados correctamente orientados hacia el sol y desprovistos de cualquier sombra es la clase de espacio que solo se puede encontrar con facilidad en medio del desierto.
¿Se puede hacer un coche que se cargue con sus propios paneles?
Por poder… pero sólo si asumimos muchas limitaciones. El problema es que la cantidad de energía solar que cae sobre un coche es limitada. Eso significa que, para que la idea funcione, y solo de manera limitada, hay que recortar el consumo del coche de manera brutal. Si los chicos de 4×4 Electric sacaban 30 kWh con 60 metros cuadrados… los 8 metros cuadrados de un coche sólo pueden dar para una fracción de esa energía.
Un ejemplo práctico y prácticamente comprable es el Aptera. El Aptera es un coche con paneles solares del que existen muchos prototipos funcionales y que ya se puede reservar. Las últimas 600 unidades de la edición de lanzamiento aún está disponible.
Autodefinido como un SEV o Solar Electric Vehicle, el Aptera asegura que puede usar sus placas solares para incrementar su autonomía en 60 kilómetros diarios (como máximo, en la versión más ligera). La clave para conseguir cumplir esta afirmación no reside tanto en los paneles y su superficie (el Aptera mide unos discretos 4,55 metros de largo), sino en una construcción radicalmente ligera y un coeficiente aerodinámico de sólo 0,18.
La idea es que la gama Aptera se venda con baterías con capacidades que oscilan entre los 25 y los 100 kWh de capacidad. Con esta última batería, Aptera declara una autonomía de 1.600 kilómetros, lo que se traduciría en un consumo de 16 kWh/100 kilómetros (casi la mitad que un eléctrico «convencional» con esa batería). La versión «estandar», dotada de una batería de 60 kWh y que homologará unos increíblemente escasos 850 kilos de peso, debería permitir completar 400 kilómetros con una sola carga.
En cualquier caso, la información oficial de Aptera sobre las prestaciones de sus paneles solares es bastante reveladora. Según la marca, «son capaces de generar un pico de 700 vatios de potencia, y de añadir 4 kWh de energía «durante un día largo y soleado». En la versión de 60 kWh, que promete un consumo de 10 kWh/100 km, eso se traduciría en casi 50 kilómetros.
La opinión de Autofácil…
Los coches solares eléctricos técnicamente viables… pero plantean muchas restricciones. Podemos considerar al Aptera una especie de demostrador de tecnología punta sobre las posibilidades de esta tecnología, y ellos mismo reconocen que su coche sólo puede recaudar 4 kWh diarios. Y eso, con los paneles limpios, sin sobras sobre ellos, en un día largo y con el cielo despejado.
En un coche normal, 4 kWh servirían para recorrer unos 20 kilómetros… una cifra que puede ser suficiente para quien no se mueva mucho en coche. Pero si ya hacemos un drama del hecho de tener un punto de carga en un garaje comunitario, es poco probable que, en la atestada Europa, encontremos muchos clientes con lugares de aparcamiento con buena insolación.
Por otra parte, dado que tanto el Aptera como cualquier coche solar tendría que vivir «bajo un sol de justicia», habría que descontar la inversión de energía necesaria para enfriar el coche a la hora de subirse (e introducir en la ecuación la degradación exterior e interior derivada del infrarrojo).
En definitiva, nuestro amigo el sol ofrece algunas posibilidades para garantizar la electromovilidad… incluso en parajes remotos como un desierto. El avance de los paneles solares portátiles, su potencia y versatilidad, parecen más prometedor que la incorporación de paneles solares a los propios coches. No, al menos, con el propósito de incrementar radicalmente su autonomía.
Escrito por: Álvaro Sauras
Fuente:: Autofácil
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