La infraestructura de recarga es una de las principales barreras para que la adopción del coche eléctrico alcance una velocidad de crucero. Normalmente se habla de los puntos de recarga públicos como la asignatura pendiente, haciendo especial hincapié en el desarrollo de estaciones de recarga rápida que, ubicadas en las principales autovías y autopistas, permitan realizar viajes de larga distancia.
Sin embargo, Sergio Fernández Munguía nos cuenta con todo detalle en xataka.com que el primer paso antes de lanzarse a la compra de un coche eléctrico es disponer de un punto de recarga vinculado, es decir, un lugar donde cargar el coche de forma habitual (normalmente en casa o en el garaje). Y es que, hoy en día, si no quieres complicarte la vida más de la cuenta, lo normal es tener un punto de recarga a tu disposición donde el coche se cargará el 90% de las veces sin necesidad de depender de la infraestructura de recarga pública.
¿Qué opciones hay para recargar tu coche eléctrico de forma habitual?
Actualmente, las opciones para tener un punto de recarga habitual se dividen principalmente en tres:
- Punto de recarga en el lugar de trabajo. Cada vez es más habitual ver empresas que permiten a sus empleados recargar sus coches en el aparcamiento de su lugar de trabajo. Al final, los empleados pasan una cantidad reseñable de horas trabajando, por lo que incluso con una toma de baja potencia es suficiente. Este servicio es un beneficio para el empleado que además permite reducir la huella de carbono y que tiene un coste bajo para la empresa.
- Punto de recarga en vivienda unifamiliar. Ésta es sin duda una de las formas más sencillas y optimizadas de cargar un coche eléctrico. La inversión a realizar en una vivienda unifamiliar, es la menor de todas las posibles, llegando incluso al coste cero.
- Punto de recarga en garaje comunitario. Éste será el caso más habitual, incluso aún teniendo en cuenta que España es un país donde la población se concentra en las ciudades y principalmente en bloques de viviendas. A priori, la instalación puede parecer un lío, pero aquí veremos que es más sencillo de lo que parece.
Si eres de los que aparca en la calle (como muchos españoles), éste es el primer punto a solucionar antes de lanzarte a la compra de un coche eléctrico, al menos hasta que la infraestructura de recarga pública lo permita.
Punto de recarga en vivienda unifamiliar
Como hemos comentado, la instalación de un punto de recarga en una vivienda unifamiliar es la más sencilla de todas y la que menor inversión requiere. De hecho, lo más probable es que el garaje ya cuente con un enchufe convencional donde sin realizar ningún tipo de instalación ya se puede recargar el coche.
Este tipo de carga realizada en un enchufe convencional con toma schuko se conoce popularmente como recarga ocasional, aunque hay quien la utiliza de forma diaria. Para garantizar la seguridad de la instalación (tanto de la toma schuko en sí como del cableado hasta ella) suele estar limitada a 10 A y unos 2,3 kW de potencia, lo que también aumenta los tiempos de recarga.
En cualquier caso, si queremos cumplir con la normativa ITC BT-52 y hacer una instalación que cumpla con todos los estándares de seguridad, se debe instalar un circuito exclusivo desde el contador de la vivienda hasta la ubicación del punto de recarga. De esta forma, nos aseguraremos de que la instalación está bien dimensionada (recordemos que va a trabajar durante muchas horas seguidas de forma habitual) y que cuenta con protecciones eléctricas dedicadas. Además, es importante asegurarse de que la toma schuko que instalamos sea adecuada para soportar las intensidad requerida durante largos periodos de tiempo.
Adicionalmente es posible que queramos añadir un punto de recarga de pared a la instalación (también conocido popularmente como wallbox), sobre todo si queremos disponer de potencias de recarga superiores (a partir de 16 A ó 3,68 kW de potencia) y disfrutar de ciertas comodidades (cable integrado, control de potencia dinámico, app para smartphone, etc).
En el caso de que decidamos instalar un punto de recarga de pared, habrá que añadir al coste total de la instalación una cifra a partir de 500 euros, aunque puede irse a cifras muy superiores dependiendo de la marca, diseño, potencia y funcionalidades que tenga.
Punto de recarga en garaje comunitario
La cosa cambia cuando hablamos de garajes comunitarios. Aquí, el proceso no es tan sencillo, aunque tampoco tan complicado como muchos creen.
Lo primero que se debe hacer es informar a la comunidad de que vamos a realizar la instalación de un punto de recarga. Con informar es suficiente, ya que gracias a la Ley de Propiedad Horizontal no hay que someter la instalación a la aprobación de una junta de propietarios, sino que basta con notificar por escrito a los administradores.
El caso más normal que tratamos aquí es el del garaje que se encuentra en la misma comunidad que la vivienda y además es habitual que la plaza de garaje se encuentre en el sótano del edificio de
viviendas. En este caso, la normativa permite tender un cable desde el contador de la vivienda (ojo, la normativa exige que sea desde el contador) hasta la plaza de garaje. Se trata de la solución óptima, ya que permite que el punto de suministro eléctrico (y la factura) sea compartida con la vivienda propia y el punto de recarga, emulando a una vivienda unifamiliar.
La mayor complicación de la instalación suele estar en la
distancia entre el contador y la plaza de garaje. Dependiendo de la cantidad de metros y de lo difícil del recorrido, el coste de la obra puede aumentar considerablemente.
Coste y ayudas a la instalación de puntos de recarga
El coste de instalar un punto de recarga privado es muy variable y depende principalmente de la obra que haya que realizar (más o menos metros de cable) y de si se instala o no un wallbox (y qué modelo se elige). Como referencia, para un garaje comunitario se suele hablar de un rango de entre 1.000 y 1.500 euros, todo incluido, pero lo mejor es pedir presupuesto a algún instalador eléctrico de la zona, ya que cada caso puede ser diferente.
Por suerte, las ayudas públicas no solo se centran en la compra de los coches, sino que también se acuerdan de la inversión necesaria para instalar la infraestructura eléctrica asociada. Así leemos en movilidad eléctrica.com que el Plan Moves III incluye para particulares, autónomos y comunidades de propietarios una ayuda del 70% del coste de la instalación, que sube hasta el 80% en municipios de menos de 5.000 habitantes.
De todas formas, lo mejor si te lanzas a la compra de un coche eléctrico, cada vez es más habitual que los fabricantes incluyan el punto de recarga junto con el coche, ofreciendo la instalación completa con alguna compañía eléctrica con la que estén asociadas. Por ejemplo, Mercedes con Endesa o Kia con Repsol.
Fuente: http://www.asepa.es/
Antonio Mozas
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)