Gran parte de los retailers en México se vieron en aprietos ante las dificultades que trajo el Covid-19, en parte porque los inventarios están destinados a un punto de venta y no a un ambiente global. La verticalidad en la cadena de suministro salvó a algunos de estos negocios, incluyendo a Grupo Julio.
La empresa, 100% mexicana, nació en los 70 como fabricante de pantalones de pinzas. Comenzó vendiendo al canal moderno en tiendas departamentales en los 80 y a mediados de esa década inauguró su primera tienda, relató Víctor Espejel, director de la cadena de suministro.
Como parte de su participación en el evento LDM Connect sobre tendencias 2021, Espejel narró que la pandemia actual afectó a Grupo Julio como a tantas otras compañías, pero la orientación vertical de su cadena de suministro fue clave para evitar problemas financieros.
El comienzo de la aventura
“Para nosotros fue una enorme ventaja pues planeamos la empresa para operar de esta manera por ahí del 2011 o 2012. Todo es parte de la compañía: las mesas, los modelos, controlamos la distribución, lo único con lo que no contamos es con la tela. Pero todo lo demás es nuestro”, detalló el directivo.
A mediados del 2011, la empresa contaba con 12 almacenes que no eran propiamente centros de distribución. Ni siquiera estaban acoplados para diferentes tipos de producto y en consecuencia comenzaron a tener mucho excedente.
Además, todos sus procesos eran manuales. “Sabíamos que teníamos que cambiar parte de la planeación y la cadena de suministro primaria”, comentó.
La importancia de la asesoría
Su búsqueda inicial fue con fines de controlar la operación. Comenzaron dividiendo áreas y definiendo ciertos procesos, pero les hacía falta el tema de tecnología. “Fue difícil porque era una inversión importante y no estábamos seguros de qué elegir”.
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Fue un tema que no podían resolver solos, por lo que buscaron asesoría. LDM fue quien los acompañó en esta aventura. Ellos le dieron a la empresa la asesoría sobre qué tecnología utilizar y qué software WMS era el más adecuado para sus necesidades. Eso se tradujó en una considerable reducción de costos y eficiencia en los procesos.
Grupo Julio, dedicado al diseño, confección, producción y comercialización de ropa de moda para mujer, decidió realizar un proyecto de expansión para los siguientes 10 años, lo que les llevó a centralizar sus almacenes en un Cedis cuya extensión actual es de 5 mil metros cuadrados.
“Fue un parteaguas en la organización pues tuvimos que plantearnos una nueva forma de operar”, apuntó Toledo. El objetivo era ganar mercado y su estrategia era la apertura de tiendas; el reto era colocar la mercancía.
“Por la forma en la que trabajamos teníamos que ser muy asertivos en la distribución de los productos para no perder oportunidades de venta en uno de nuestros establecimiento y tener un excedente en otro”.
Robustecer la cadena de suministro
El estilo que buscaba la empresa era que su cadena de valor fuera exportando lo más posible. La clave fue robustecer la cadena de suministro tomando decisiones sin pensar en el pasado. Así, optaron por contar con una matriz de requerimientos.
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“Fue un reto interesante porque creamos un centro de distribución desde los cimientos y no sólo fue difícil en la cuestión tecnológica”, explicó. “Estuvimos evaluando lo que funcionaba y no durante dos años, pero fue parte del aprendizaje”.
Puntualizó que contar con ese Cedis y con la verticalidad de su cadena de suministro hicieron que el Covid-19 no afectará en gran medida sus operaciones. Además, aseguró que estas son las principales razones por las cuales ahora cuentan con muchos más clientes omnicanal.