Las normativas anticontaminación han ido endureciendo sus límites de emisiones para poner en jaque, sobre todo, a los vehículos diésel. Las marcas, por su parte, han contraatacado con tecnologías que hacen que estos vehículos sean mucho menos contaminantes de lo que nos hacen creer. Estas son las siete más importantes.
Para dar respuesta a esta pregunta, en el número 212 de la revista Autofácil, correspondiente al mes de junio, hemos publicado un elaborado trabajo en el que analizamos al detalle todo lo relacionado con este tipo de vehículos, desde las citadas restricciones hasta el futuro de estas mecánicas. Y por el camino, un estudio pormenorizado de las nuevas normas de homologación, la evolución del precio del gasóleo, los contaminantes que respiramos en las ciudades y las tecnologías que mantienen con vida a estos vehículos.
La conclusión es que un diésel Euro 6 puede ser casi tan ‘limpio’ como un gasolina gracias, en buena medida, a las tecnologías empleadas por los fabricantes para reducir las emisiones. Los diésel emplean algunos elementos que no llevan los gasolina para este fin. Son caros, algo que aumenta el precio del coche, y también pueden hacer que la fiabilidad se resienta si se abusa de los trayectos cortos en ciudad. Todo esto hará que adquirir un diésel sea rentable si se recorren más kilómetros que hasta ahora o, también, en coches más bien grandes.
A continuación explicamos 7 tecnologías que hacen que los diésel actuales limiten de manera más que notable su impacto sobre el medio ambiente y la salud de las personas.
Bomba de alta presión
Este elemento recibe el combustible a baja presión procedente del depósito y eleva la presión del fluido lo bastante como para que se inyecte en el motor con la máxima pulverización posible. En este caso, los motores de gasolina también cuentan con una bomba de inyección, pero es mucho más sencilla y cuesta en torno a la mitad de dinero.
El coste medio de esta pieza, según el modelo, oscila entre 425 y 730 euros. Reemplazarla cuesta, en un Ford Focus 1.5 TDCi 120 un total de 931 euros (677 € + 254 € de mano de obra).
Calentadores
También llamados bujías de precalentamiento, los calentadores tienen un elemento calefactor en uno de sus extremos, y su función es calentar la cámara de combustión para facilitar el arranque del motor. Hay un calentador por cilindro, de forma que los motores de cuatro cilindros disponen de cuatro calentadores. En su lugar, los motores de gasolina emplean bujías de encendido, que cuestan en torno a tres veces menos que las de calentamiento.
Los calentadores son económicos, cuestan entre 28 y 49 euros. Reemplazarlos en un Peugeot 3008 1.5 BlueHDI 130 cuesta 128,21 euros (35,21 € + 93 € de mano de obra).
Trampa NOx
Su función es atrapar las moléculas de óxido de nitrógeno. Por lo general, se ubica dentro de un mismo elemento que también integra el catalizador y, en ocasiones, el filtro de partículas.
Este componente es especialmente caro. Su coste puede oscilar entre 900 y 2.100 euros, en función del modelo. Su reemplazo tampoco es económico. Si tenemos un Renault Koleos 2.0 dCi 175 tendremos que desembolsar 1.788,34 euros (1.297,34 + 491 euros de mano de obra).
Válvula EGR
Los diésel disponen de un tubo envía parte de los gases de escape hacia el colector de admisión, previo paso por un intercambiador de calor que reduce la temperatura del gas, y una válvula que se abre o cierra para abrir o cerrar el paso. El fallo de esta válvula es uno de los problemas más comunes en las mecánicas diésel, soliéndose obstruir o quedándose bloqueada.
El coste medio de esta válvula varía, según el vehículo, entre 195 y 510 euros. El coste de su reemplazo es de 669 euros para un Citroën C4 BlueHDI 100 (474,32 euros de la pieza + 195 euros de mano de obra).
AdBlue
El sistema que inyecta la disolución de urea en el escape se compone de diversos elementos. Aún se trata de un sistema demasiado moderno como para definir cuál de todos ellos es más susceptible de averiarse, pero los que más trabajo tienen son la bomba y el inyector.
El coste medio de esta pieza parte de los 480 euros en los vehículos más económicos y alcanza los 700 euros. Su reemplazo es aún más caro en muchos casos. En un Skoda Kodiaq 2.0 TDI 150, la factura ascenderá a 874,31 € (634,31 + 237 € de mano de obra).
Inyectores
La función de los inyectores es introducir el gasóleo en la cámara de combustión de forma pulverizada. Por lo general hay un inyector por cilindro, de forma que los propulsores de cuatro cilindros disponen de cuatro inyectores. Por su parte, los motores de gasolina también emplean inyectores para alimentar al motor, pero son más simples y asequibles -cuestan en torno a un 50% menos-, además de menos susceptibles a fallar.
Los inyectores cuestan, según modelo, entre 320 y 550 euros. Reemplazarlos en un Opel Astra 1.6 CDTI 136 puede suponer un gasto de 400,16 euros (358,16 € de la pieza + 42 € de la mano de obra).
Filtro de partículas
Normalmente se encuentra tras el catalizador, o bien integrado en él. Su función es atrapar las partículas de carbono. Es una de las piezas más caras, ya que el precio puede oscilar entre 1.300 y 1.950 euros. A esta cantidad hay que sumar un coste de reparación igualmente elevado por las horas necesarias para su sustitución. En un Audi A4 2.0 TDI 150 tendremos que gastar 2.420,78 euros (1.836,78 + 584 euros de mano de obra).
Por Álvaro Sauras
Fuente: https://www.autofacil.es