Recientemente hemos hablado de algunos de los retos a los que hacen frente los operadores logísticos en España, pero centrándonos más en la parte operativa. En este artículo queremos aproximarnos a otras batallas que atraviesa el sector del transporte, pero más alejadas de estos conceptos.

Desafíos para los operadores logísticos en España

Atomización

Cuando se habla de que los operadores logísticos en España están atomizados lo que se quiere decir es que hay un número de empresas muy grande, y que una parte de ellas tiene un tamaño pequeño, con un reducido número de vehículos.

La crítica en este caso se debe a que esta composición dificulta la optimización de rutas. Las empresas muy pequeñas tienen difícil alcanzar la optimización en sus tránsitos y a veces desemboca en una competencia en precio que no está respaldada por una mejora en los costes, sino por la simple reducción en los márgenes de beneficio.

Fenadismer, la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España, reclamaba a principios de este año que, tras una disminución de la atomización en los últimos tiempos, el nuevo Reglamento de Ordenación del Transporte Terrestre había propiciado un cambio de tendencia, debido a la desaparición del requisito de flota mínima que contenía la legislación. “Se ha incrementado en 1.257 nuevas empresas de un solo vehículo y 2.836 empresas de dos vehículos. De hecho, estas microempresas representan el 71% de las empresas del sector”, aseguraban desde la organización.

Morosidad

Tradicionalmente los operadores logísticos en España han tenido en la morosidad un mal endémico del sector. El coronavirus tampoco ha ayudado a aliviar la situación y los meses tras al confinamiento han visto subir el plazo real de pago.

Concretamente, en mayo se alcanzó una media de pago de 88 días, una cifra que no era tan alta desde septiembre de 2017. Hay que recordar que, por ley, el plazo máximo de pago no puede superar los 60 días. Lo que significa que en dicho mes el 75% de los pagos realizados a los operadores logísticos en España se realizaron más allá de lo que marca la legalidad. En mayo, y desde el inicio de la pandemia, el retraso en los impagos había aumentado un 13%.

Empresas buzón entre los operadores logísticos en España

Se conoce como empresas buzón a aquellas compañías que no tienen actividad real en su país de origen, en el cual tienen la sede, pero que llevan a cabo su actividad en terceros países de la Unión Europea. El objetivo de estas empresas es poder aprovechar las condiciones laborales de los países de origen, en las que los trabajadores cobran menos, para competir en desigualdad de condiciones respecto a los trabajadores y empresas del país en el que realizan la actividad.

Tanto la Unión Europea como el Gobierno de España se han mostrado preocupados por este fenómeno. La existencia de estas empresas buzón han llevado a la creación de la Alianza Europea por la Carretera, formada por nueve países y a la que España se integró en 2018.

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