La velocidad en el mundo está creciendo. Los cambios son más rápidos y los ciclos más cortos. Un descubrimiento atropella al anterior y lo que ayer era novedoso, pasado mañana estará anticuado. Los planes cada vez se realizan a menos tiempo vista, debido a esta constante suplantación de lo antiguo. Por eso la agilidad logística es una de las características más demandadas en la actualidad por las empresas.
La creciente dificultad para predecir la demanda y las tendencias del mercado, los productos que duran cada vez menos antes de ser sustituidos por sus sucesores, los cambios en la manera de consumir y comprar, las nuevas tecnologías… Todos ellos están forzando a las cadenas de suministro a ser capaces de responder a la pregunta: ¿es ágil tu cadena de suministro?
Qué es la agilidad en la logística
Una logística ágil es la que ayuda a afrontar los constantes cambios que comentábamos antes. Es decir, aquella que tiene interiorizada la capacidad de cambio y de adaptación. La que otorga soluciones a cambios bruscos en la demanda, la que se acopla a nuevas exigencias en periodos muy cortos -como pueden ser cambios en el diseño de los productos o en su comercialización, o la introducción de nuevos servicios logísticos- y la que encuentra la forma de ser competitiva ante los continuos cambios del mercado y de los clientes.
Estos son algunos de los atributos que definen la agilidad en una cadena de suministro.
Detectar los cambios
Si no queremos vernos arrollados por el cambio, el primer paso es ser capaces de detectar qué está sucediendo en nuestro entorno. Qué cambios se están produciendo, qué significa, cómo puede afectarnos, cómo podemos sacarles provecho y, aún más, cómo podríamos protagonizar nosotros ese cambio. Ninguna empresa desea ser la última en ser partícipe de lo nuevo, ya sea el reto de la omnicanalidad o, en los años que vienen, en saber cómo usar avances como el Big Data.
Una compañía ágil nunca será aquella que sigue trabajando como hace años, de espaldas al mundo, confiada en que la fórmula que una vez les dio buenos resultados va a funcionar eternamente.
Fluidez y transparencia
Una cadena de suministro está compuesta por muchos eslabones. Estos eslabones pueden pertenecer a una misma empresa (los diferentes departamentos, centros, oficinas o países) o a distintas (relación entre cliente y operador logístico, entre diferentes proveedores de transporte y logística, centros de distrbución, distribuidores, etc.). Y, a su vez, esta relación puede ser eficiente y transparente u opaca y burocrática.
Cuanto tu logística tiene problemas para saber con rapidez el estado de los envíos o cualquier otro tipo de dato al que necesitaría acceder con facilidad (stocks, predicciones de demanda, albaranes…) se estará alejando de este concepto de agilidad.
Ya tengas miles de clientes y proveedores a lo largo del mundo o poseas una dimensión más humilde, tu cadena de suministro necesita crear un sistema eficaz para compartir información y que contenga lo que se conoce como “una única versión de la verdad”. Es decir, que los datos sean comunes para todos los que la necesiten y no se produzcan distorsiones entre los diferentes protagonistas. Estas diferencias respecto a la “verdad” a menudo llevan a errores muy caros de subsanar, como considerar que tenemos inventario suficiente cuando, en realidad, estamos a punto de sufrir una rotura de stock.
Ser resolutivos
Tener la información necesaria y ser capaces de detectar los cambios no va a ser suficiente si no nos ponemos en marcha. En muchas ocasiones, una cadena de suministro suspende en agilidad logística al no ser capaz de ejecutar las medidas que sí es capaz de pensar o detectar.
Este problema es especialmente grave en las empresas más grandes, las cuales tienen una tendencia a ralentizar las decisiones y las ideas. Comités, mandos intermedios, reuniones, evaluaciones, revisiones, más reuniones… El cóctel perfecto para que los cambios no se produzcan o para que lo hagan cuando es demasiado tarde.
¿Es capaz tu logística de tomar decisiones de calado de manera rápida o cada vez que aparece un posible cambio en lo primero que piensas es en lo difícil que será que se tome una decisión al respecto?
Las compañías ágiles tienen procesos ágiles
Capacidad de ejecución
Una vez más, tomar decisiones tampoco es suficiente, ya que hemos de ser capaces de que esas decisiones se transforman en cambios reales. Imagina que decides cambiar tu estrategia de distribución y, en vez de distribuir desde un único punto centralizado, apuestas por crear centros de distribución de cercanía. ¿Crees que tu empresa estaría preparada para hacer este cambio en poco tiempo? ¿Podrías pasar de vender a través de un solo canal tradicional a abrir, por ejemplo, una vía de comercialización online?
Lo mismo puedes preguntarte para la adopción de nuevas tecnologías -machine learning, blockchain…-, de nuevas tendencias en el mercado, cambios en los productos, nuevos plazos de entrega, etc. Es famoso el caso de Apple, que cuando apenas faltaba un mes para el lanzamiento del iPhone original decidió efectuar un cambio en la pantalla. Es decir, un reto para la manufactura y la distribución de un producto con unas especificaciones diferentes que fue capaz de asumir con éxito. Ser capaz de ejecutar estos cambios es lo que demuestra la agilidad logística de una compañía.
Coordinación
Este rasgo está muy relacionado con la capacidad de transmitir y compartir la información, ya que cuando más grande es una cadena de suministro, más elementos han de ser capaces de trabajar en común. Si las gestiones en tu cadena de suministro se parecen a un proceso burocrático y tienen más de papeleo que de gestión real de lo que sucede, deberás encender las señales de alarma.
Las compañías ágiles tienen procesos ágiles, basados en disponer de los datos necesarios y en contar con mecanismos que permitan tomar las decisiones necesarias e implantarlas. Es frecuente que la búsqueda de logísticas low-cost, que pueden ser eficientes cuando todo va bien, se enfrente a problemas cuando la imprevisibilidad de la que hemos hablado haga acto de presencia, al carecer de sistemas que incentiven la innovación y la capacidad de respuesta ante el cambio.
La agilidad logística, al hacernos responder antes y mejor a nuestro entorno, permite a las empresas cumplir mejor los requerimientos de sus clientes e incrementar los beneficios en el largo plazo. Además de poder reaccionar mejor ante lo inesperado: cambios políticos como el Brexit, desastres medioambientales, grandes adquisiciones o fusiones corporativas, necesidad de cambio en los proveedores logísticos (bancarrota, servicios deficitarios, etc.), nuevos marcos reglamentarios y un sinfín de otras posibles turbulencias.
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Fuente: https://www.transgesa.com
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